La escritura o la vida - Parte 1


Introducción:
El presente trabajo intenta indagar acerca de las implicancias resilientes en la utilización del cuento terapéutico.
La variable a contrastar será la resiliencia en el sobreviviente de la Shoá y de la historia y características de un pueblo: el pueblo judío. Su labor literaria y artística como posibles vehículos de resiliencia.
Se intentará vincularlo con las nociones de la psicología positiva.
La escritura o la vida es el nombre que Jorge Semprún puso al libro que relata su padecer en un campo de concentración nazi. Su carrera literaria se dispara a partir del suicidio de Primo Levi, sobreviviente de la Shoá.
Otro disparador para la escritura de este trabajo fue el cuentito Los patitos feos. Me pregunto: puede uno nacer “patito feo”, descubrirse cisne y, aún así, seguir sintiéndose “patito feo”?
Quedan los interrogantes, intentaré dar algunas o todas las respuestas.  
1-El valor de la escritura ante situaciones traumáticas: La escritura o la vida (fragmento)
" Me ahogaba en el aire irrespirable de mis borradores, cada línea escrita me sumergía la cabeza debajo del agua, como si estuviera de nuevo en la bañera de la villa de GESTAPO, en Auxerre. Me debatía para sobrevivir. Fracasé en mi intento de expresar la muerte para reducirla al silencio: si hubiera proseguido, la muerte, probablemente, me habría hecho enmudecer.
(…) En todas las memorias de los hombres hay chimeneas que humean. Rurales ocasionalmente, domésticas: humos de los dioses lares. Pero de este humo de aquí, no obstante, nada saben. Y nunca sabrán nada de verdad. Pues no era la realidad de la muerte, repentinamente recordada, lo que resultaba angustiante. Era el sueño de la vida, incluso apacible, incluso lleno de pequeñas alegrías. Era el hecho de estar vivo, aun en sueños, lo que era angustiante. Jorge semprun, 1995.
pesadillas extrañas. Muchas veces no son debidas al recuerdo de aquello, sino que parece que todo lo que ha habido después es un sueño, como si la única realidad fuera aquello. Durante mucho tiempo no quise escribir esa experiencia. Sabía que la única manera de no recurrir al suicidio era olvidar. Y lo conseguí. Hice una cura de amnesia, pero a partir del día que escribí el primer libro de mi experiencia de confinamiento, El largo viaje, todo ha vuelto otra vez. Así que mi cura ha sido relativa.
 Dice J Semprún —Se ha dicho que es imposible contar la vida en un campo de concentración. Tienes la impresión de que no cuentas la realidad. Ahora mismo, cuando hablaba contigo, me sentía como si lo que decía no tuviera sentido. Porque habría que contar tantas cosas que sucedían alrededor, y porque todo lo que dices es un reflejo tan pálido y mortecino de la realidad. Pero no es verdad, hay que contarlo una y otra vez””.   

El titulo que elegí para el presente trabajo no es de mi autoría sino del novelista y guionista español Jorge Semprun,   Participó en la Resistencia francesa, siendo detenido en 1943 por la GESTAPO y deportado a Buchenwald. Jorge Semprún es un singular escritor que se mueve con facilidad entre la autobiografía y la novela.
De esos quince meses terribles de cautiverio en plena juventud, emergen, paradójicamente, dos de sus últimas obras: "La escritura o la vida" y "Viviré con su nombre, morirá con el mío". Paradójicamente, porque no fue hasta muchos años después de haber sufrido esa traumática experiencia cuando Jorge Semprún reunió las fuerzas suficientes para afrontarla de forma directa y con profundidad. Frente a esa experiencia, comentaba Jorge Semprún en una entrevista realizada por María Luisa Blanco y publicada en el suplemento cultural de EL PAÍS (19 de mayo de 2001) la razón más sólida para no suicidarse había sido la de no doblegarse. “Los que se suicidaron”, continúa Semprún, “lo hicieron porque la memoria se les hizo insoportable”. 
Fue precisamente el suicidio de Primo Levi lo que le impulsó a escribir “Viviré con su nombre, morirá con el mío”, (Tusquets, 2001). Sin embargo, el fantasma del campo de concentración de Buchenwald ya había aparecido por primera vez en su primer libro, “El largo viaje”, centrado en su experiencia como miembro de la Resistencia francesa.  Y Buchenwald aparecerá de nuevo en 1999 en “Aquel domingo”, una obra en la que analiza la dialéctica marxista y el nacimiento y el ocaso de las ideologías en sigloxx.
 Novelista, ensayista y científico italiano, superviviente del campo de concentración nazi de Auschwitz-Birkenau. Levi nació en Turín el 31 de julio de 1919 y estudió química en la universidad de aquella ciudad entre 1939 y 1941. Se encontraba trabajando en el terreno de la investigación, en Milán, cuando la intervención alemana en el norte de Italia, ocurrida en el año 1943, le empujó a unirse a un grupo judío de la Resistencia. Fue detenido y deportado al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, en el cual sobrevivió desempeñando trabajos de laboratorio para los nazis. Retomó su carrera como químico industrial en 1946 y, al jubilarse en 1974, pudo dedicarse con más intensidad a la literatura. Entre los muchos libros que Levi escribió a lo largo de su vida destacan Si esto es un hombre (1947), que contiene su visión particular de lo inhumano de Auschwitz, La tregua (1958), en el cual describe su largo viaje de retorno a Italia a través de Polonia y Rusia, después de ser liberado, El sistema periódico (1975), un grupo de narraciones cortas en las que utiliza los elementos químicos como metáforas para caracterizar a distintos tipos de personas, y Si no ahora, ¿cuándo? (1982), una obra en la que describe el grupo de la Resistencia al que perteneció, y mediante la cual intenta refutar la idea de la pasividad de los judíos frente al nazismo. Levi se suicidó el 11 de abril de 1987, arrojándose al vacío, por el hueco de la escalera de su casa.
Primo Levi como ninguno pudo contar los horrores por los que atravesó. En su obra La tregua muestra(o lo intenta) si es posible volver a la vida después de semejante tragedia. Recuperar los sabores, la continuidad, la actualidad… Para ello sitúa la novela en el momento en que es liberado dfl campo y emprende el camino hacia su casa en Italia. Muestra una piedad infinita por el hombre. No Juzga.
 “Porque la vida, a veces cruel, nos da de cuando en cuando oportunidades para reconciliarnos con ella. Como el propio Semprún dice, “todo parece una maravilla comparado con aquello”, con Buchenwald, se entiende. Y por ello es posible experimentar sentimientos contradictorios: la belleza y “al mismo tiempo", - vuelve a señalar Semprún-, "la futilidad de la existencia, la fragilidad”.
“de repente un cielo azul, o una chica que pasa a lo lejos, o una conversación con un amigo, o dos frases de un libro, cosas que antes tenían su importancia, pero relativizada y ahora tienen un valor absoluto, una belleza absoluta. Eso es todo".*   Cuando se le pregunta acerca de los anios en que estuvo en Buchenwald dice que aquella época todavía le provoca.

Como indica Boris Cirulnik, el hecho que el patito feo encuentre a una familia de cisnes no lo soluciona todo ya que la herida ha quedado escrita en su historia personal, en su memoria. “Hay que golpear dos veces para conseguir un trauma. El primer golpe, el primero que se encaja en la vida real, provoca el dolor de la herida o el desgarro de la carencia. Y el segundo, sufrido esta vez en la representación de lo real, da paso al sufrimiento de haberse visto humillado, abandonado,”<Ahora, qué voy a hacer con esto? Lamentarme, tratar de vengarme o aprender a vivir otra vida, la vida de los cisnes?>

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