Perdonar para crecer ante la injusticia

Perdonar para crecer ante la injusticia

El  Saber perdonar es una capacidad que empieza a estudiarse científicamente. Es la Psicología Positiva la disciplina científica interesada en el tema. Se trata de investigar las fortalezas del ser humano más que sus debilidades. Durante muchos años  la Psicología se centró en los aspectos vulnerables del hombre más que en sus capacidades. La Psicología Positiva  se  centra en éstas últimas. Es por ello que con el respaldo de la misma desarrollaré en este artículo la capacidad para perdonar frente a situaciones injustas, lo cual en general se ha venido analizando desde posturas religiosas, legales o éticas más que desde la Psicología.
Se trata de la capacidad de perdonar desde la posibilidad del yo de internalizar la situación a partir un yo más maduro, que, luego de haber vivido una situación injusta puede volver sobre sus pasos y realizar un proceso profundo.
Es un asunto  subjetivo y singular, individual, interno. Vale decir que no estoy evaluando cuán injusta fue la causa que provocó la necesidad de desarrollar la capacidad de perdonar sino de un proceso intrapsíquico. Más aún, no es necesario que la otra persona “pida” perdón. No, no se trata de eso; se trata de la capacidad del yo de la persona que recibió el embate de lo flagrante. Puede que quien provocó la situación injusta no tenga ganas de pedir perdón, puede que esa persona ya no viva, puede que se trate de una enfermedad que se llevó a un ser querido, o puede referirse a un Estado que atacó a otro.
El problema puede ser analizado desde una postura social, religiosa o ética. Pero me interesa la  capacidad de perdonar como un proceso interno e individual. Este es un asunto de importancia para la moderna Psicología ya que numerosos estudios de los últimos años demuestran que  personas que han podido llegar a ese nuevo estadio en la comprensión del problema, desde el poder perdonar, han mejorado sintomatología psicopatológica como depresión o insomnio. A su vez se ha demostrado que pacientes cardiológicos han mostrado mejoría o desaparición de síntomas de tipo cardíaco.
La integración del yo o madurez  de la vida resulta de varios  “awareness” o insights hechos  a tiempo.
La vida entera nos debatimos entre  fuerzas opuestas que debemos salvar. La posibilidad de resolverlas positivamente permite avanzar en el ciclo vital. En la última etapa de la vida debemos resolver entre la integración del yo vs. la desesperación del final . La integración del yo es un darse cuenta que, en una visión a largo plazo, la vida tiene un sentido. Que dentro del contexto de la propia vida como un todo, lo que ha ocurrido fue de alguna manera inevitable y sólo pudo haber sucedido en el momento y tal cual fueron los hechos. Que existe algo para aprender de todo lo que pasa en nuestras vidas. A todo esto llamamos  madurez del yo.
A veces la vida conlleva situaciones injustas con las que resulta imposible lidiar. Quizá no está a nuestro alcance resolverlas o hacer justicia.
De lo que se trata entonces es de realizar una resolución personal, de pasaje a otro estado más maduro. Pero para que este nuevo estado  esté en armonía con la parte del yo consciente  se debe tener en cuenta que poseer la capacidad de perdonar NO implica OLVIDAR  sino, todo lo contrario, RECORDAR,EJERCER LA MEMORIA, ser consciente del hecho injusto e integrarlo como parte constitutiva de los acontecimientos de la vida que nos tocó vivir. No se trata de resolver maníacamente, convirtiendo el problema en inexistente sino todo lo contrario:
Es un hondo proceso de asimilación, acomodación y adaptación de la situación. El resultado es un aprendizaje nuevo, un enriquecimiento como persona.

Lic. Deby Goldberg.
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